Alguna vez os habéis preguntado por el origen de este rito y todo lo que conlleva, vestidos, ceremonia, recordatorios. Bien pues hoy aquí vamos a desvelar el pasado y presente de la Primera Comunión.
Este rito tal y como venimos celebrándolo actualmente data del siglo XVII. Anteriormente a este periodo se realizaba en privado cuando los niños ya tenían entre 12 y 14 años, y es a partir de este momento cuando ya se van realizando poco a poco actos litúrgicos públicos, reuniendo en una misma ceremonia a varios niños de edades similares y que oscilaban entre los 14 y 16 años. Ya empieza en convertirse al igual que las bodas en un festejo que reúne familiares y amigos.
Cuando el niño tomaba la comunión ya empezaba poco a poco a ser considerado como una persona adulta al que se le permitía tener cierta autonomía. A las niñas se les empezaba a preparar su ajuar, porque ya entraban en la edad de merecer.
Con el tiempo la indumentaria va evolucionando y es a partir del siglo XIX cuando al igual que en una ceremonia nupcial el vestido es símbolo de virginidad en este caso el blanco representa pureza. Los muchachos tomaban la comunión normalmente vistiendo trajes oscuros con un brazalete blanco.
Durante los años 40/50, debido sobre todo a la posguerra, la ropa de la comunión normalmente era la que se utilizaba los días festivos.
Para las familias que no disponían de un buen nivel económico, en los colegios e instituciones se celebraba un desayuno como homenaje a los niños que iban a comulgar.
A partir del siglo XX, la edad se reduce considerablemente y ya se permite comulgar a los niños a partir de los 7 años. Sobre los años 60 se establece que esta sea entre los 8 y 10 años. Antes de poder recibir este sacramento, estos deberían de pasar una preparación.
Es en este periodo donde es costumbre que los niños y las niñas vistan hábitos para recibirla. Esta ha ido perdiendo fuerza con el tiempo.
Dentro de la indumentaria, los complementos formaban parte importante, guantes blancos, rosarios, misales, y limosneras (finalizado el ágape o antes de la ceremonia los niños acompañados de sus progenitores, entregaban a los invitados los recordatorios y estos eran obsequiados con monedas que guardaban ellas).
Era y es aun una costumbre vestir a los niños con vestidos de marinero, o de corte militar blanco. Esta moda tiene su auge en los años 80.
Las niñas y los niños al igual que los novios, se sienten protagonistas de ese día con sus trajes y vestidos se ven como las princesas de sus cuentos o como sus ídolos juveniles.
Desde que empiezan a aparecer los recordatorios para repartir entre los invitados como recuerdo de ese día encontramos verdaderas obras de arte de la impresión, empleándose troqueles, gofrados y tintas metalizadas.
Una vez pasada la ceremonia era y sigue siendo costumbre – sobre todo en los pueblos – que los niños luzcan de nuevo sus vestidos en las diferentes procesiones que se realizan durante las fiestas patronales.
En nuestro atelier realizamos vestidos y recordatorios totalmente exclusivos y personalizados. Contarnos las aficiones de vuestros hijos, sus gustos, etc… y crearemos unos diseños que harán que se sientan los verdaderos protagonistas de este día.
Carlos Vera – Vera Atelier